miércoles, 30 de mayo de 2012

Sanación

Era tan intenso el dolor de panza que el áspero Miguel Molina ya parecía un muchacho tierno.
Acababa de cobrar una buena changa. Pasada la medianoche no aguantó el malestar y le dijo a Coco que vaya buscar a Don Rosales, el cochero.
Se lamentaba arriba del carro por no poder disfrutar del paseo. Las puntadas en el abdomen, una espada penetrando una roca.
Pocas veces se podía llamar a Don Rosales y presumir ante el pueblo. Pero el malestar era todo en la cabeza de Molina.
“Esperame hasta que salga, no te vayas” le ordenó a Don Rosales cuando llegaron a destino. Entró a la clínica del Doctor Carenas, no había otros pacientes. Una buena, pensó.
Carenas, apoyado en el marco de la puerta de su consultorio, charlaba a las risas con la joven recepcionista de la clínica. Ninguno le dijo “buenas noches” a Miguel Molina. Él tampoco  dijo nada, obvio. Se quedó esperando hasta que lo atiendan.
-¿Qué quiere señor?- preguntó el doctor luego de ignorarlo casi diez minutos.
- ¡Y… que me atienda!- respondió Molina masticando el bolo de bronca acumulado durante los minutos de ninguneo.
- Uff, pero mire  a la hora que viene…
Y Miguel Molina explotó.
-¡Y si la panza me duele recién ahora pedazo de pelotudo!-
De ahí en más Molina verbalizó la pueteada más gloriosa de su vida. Y eso que era de buen putear. Pronunció más de treinta veces “hijo de puta”, con todos los complementos que existían para tal insulto. Se golpeó el bolsillo: “¡Si yo te voy a pagar, la puta que te pario!- se golpeo el bolsillo con más fuerza- ¡Tengo plata hijo de puta y la concha de tu madre, te voy a pagar, tengo plata!”
De todas formas, no lo sopapeó (y hasta el día hoy no sabe porqué no lo hizo).
Lo cierto es que mi abuelo, Miguel Molina, salió de la clínica dando un estupendo portazo. Se subió al coche, prendió un pucho, “vamos a dar una vuelta por la plaza” le dijo a Don Rosales. Su panza estaba maravillosamente sana.



5 comentarios:

  1. Graciela María Molina jajaaaaa!! tal cual, qué delicia!! pensé que deberíamos haberlo grabado cuando contó esa historia, pero no hizo falta: tu cuento logra recrearla con toda la "carnadura" que hacía falta !! qué capo, agu, qué hermoso rescate que hacés de nuestra gente !! te amo, escritor.

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  2. Jajjajajjajjjajjajaj jajj jajj jajj jajj ahhhhhhh jaj jaj!! Genial genial genial

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  3. qué bien escribis agu! muy buena anecdota..

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  4. Los que lo escuchamos contar esto un día, sabemos que solo le agregaste a su versión, tus encantos literarios.

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  5. jajajajaj EXCELENTE..!! asi con mayusculas como se lo merece. Grande Miguel... hace vidas que no lo veo. Felicitaciones "Agulo" por tu blog, de parte de tu tocayo "Aguga" como nos deciamos cuando eramos chicos. Saludo a tu gente y un abrazo muy grande para vos

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