Picaflor que explotabas tus alas para gustar violetas, margaritas y etcéteras; en vez de una flor picaste un pompón.
No sólo la textura- mullidita- y el gustito dulzón.
Te quedaste ahí, pues, era frágil el piropo de algodón.
Más, tú buen protector, Picaflor (¿qué te picó?) que mutaste en un migordo y un miamor.
Picaflor, que a diario te inspiras para decir “buen día” y “buenas noches” con cierta originalidad.
ResponderEliminarNo pica el dolor, no pica un color, tampoco una flor.
Picaflor yo sé qué te pico, que rima con Picaflor.